Los beneficios del gigante petrolero saudita Aramco, el mayor exportador de crudo del mundo, cayeron en 2024 por segundo año consecutivo, consecuencia de la disminución de los precios y de las ventas.
La compañía pública, cuyos ingresos alimentan el ambicioso programa de reformas de Arabia Saudita, anunció el martes una disminución del 12,39% de sus beneficios netos en 2024, hasta 106.250 millones de dólares, frente a los 121.500 millones el año anterior.
La caída se explica por la disminución “de los precios y volúmenes vendidos de petróleo crudo, así como el descenso de los precios de los productos refinados y químicos”, indicó Aramco en un comunicado.
También evocó los “mayores costes de explotación y una disminución de los ingresos financieros”.
La petrolera, en manos del estado saudita, es el principal motor de la economía del país y fuente de financiación del programa de reformas llamado Visión 2030.
El objetivo del programa, liderado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, es preparar a Arabia Saudita, el mayor exportador mundial de crudo, para un futuro sin petróleo.
En 2022, la empresa obtuvo beneficios récord de 161.100 millones de dólares, gracias a la subida de los precios en el contexto de la recuperación posterior a la crisis del covid-19 y a la invasión rusa de Ucrania.
Sin embargo, en los dos años siguientes y tras alcanzar 130 dólares el barril, los precios bajaron hasta situarse en torno a 75 dólares. En 2023 los beneficios de Aramco cayeron cerca de un 25%.
En 2024 la caída también se explica por los recortes de producción que desde octubre de 2022 aplican los miembros de la OPEP+, una alianza de países productores liderada por Arabia Saudita y Rusia, con el objetivo de apoyar los precios.