2 de noviembre de 2024
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Subsidios a la energía cayeron 25% real y podrían cerrar el año a la baja

En línea con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno avanzó con la quita de subsidios prevista en la segmentación. En el primer cuatrimestre, los subsidios energéticos cayeron 25% en términos reales, incluso a pesar de que hubo un aumento en el consumo de energía eléctrica y aunque la tarifa de gas siga por debajo de 2019. Las consultoras que siguen de cerca el sector estiman que en 2023 podrían revertirse dos tendencias: una caída en los subsidios por primera vez desde 2019 y una balanza energética positiva por primera vez desde 2010.

Los principales subsidios económicos a servicios como el agua, energía y transporte tuvieron en el acumulado del primer cuatrimestre un crecimiento de 64,3% interanual respecto de igual periodo del año anterior, que en términos reales implica una reducción del 19,8% interanual. Desglosado por sector, en agua la caída interanual fue de 26,9% y en energía de 25%. Solo se registró un aumento real en transporte, del 1,9%.

Así se desprende del reporte que realiza el Observatorio de tarifas y subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP UBA-CONICET).

Específicamente en el rubro energía, los subsidios acumulados en el primer cuatrimestre ocuparon el 75% del total: fueron de $637.192 millones, una caída del 25% en términos reales. Se explica por las menores erogaciones a Cammesa (-54,6%) y ningún gasto destinado al plan gas I, II, II, al fondo fiduciario para el consumo de gas y a la resolución 46. Donde se registraron importantes aumentos de subsidios en términos reales fue en el plan gas ar (+204,7%) y en la ex Enarsa (+260,5%). A la estatal IEASA se le transfirieron en el primer cuatrimestre $282.517 millones, por el adelantamiento de las compras de GNL por los precios internacionales.

Las proyecciones de subsidios energéticos para todo 2023 podrían marcar un cambio de tendencia. Según Economía y Energía, la consultora del economista Nicolás Arceo, en caso de que continúe la tendencia decreciente, la caída de los subsidios en términos reales se dará “por primera vez desde la década pasada”. Si bien producto de la elevada inflación la reducción no será significativa, mostrará un cambio de tendencia, junto con la vuelta del superávit de la balanza energética, “con un impacto a nivel macroeconómico para los próximos años”.

La explicación de la baja de los subsidios proyectada para 2023 se da debido a la baja en los precios internacionales, luego de valores históricos de 2022 producto de la guerra en Ucrania, por el avance finalmente de la demorada segmentación tarifaria y por la expectativa de que esté vigente el gasoducto Néstor Kirchner, para aumentar el abastecimiento energético a precios competitivos desde Vaca Muerta, que implicará menores importaciones, baja de costos y de subsidios.

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