El canciller alemán, Olaf Scholz, rechazó hoy el pedido dentro de un sector de su coalición gobernante de reabrir las centrales nucleares para hacer frente al encarecimiento de la energía.
Scholz dio por cerrada la discusión, y consideró que la energía nuclear es un “caballo muerto” en su país.
“La energía nuclear está acabada. Ya no se utiliza en Alemania y la eliminación progresiva se ha hecho por ley”, subrayó en una entrevista con la radio pública Deutschlandfunk, en declaraciones difundidas por las agencias de noticias DPA y Bloomberg.
El canciller respondió así a los reclamos de los liberales (FDP), el socio menor centrista y “pro-mercado” de una coalición tripartita encabezada por el Partido Socialdemócrata (SPD), y a la que integran también Los Verdes.
El FDP exige que se revise la decisión de desactivar las centrales nucleares debido al continuo encarecimiento de la electricidad, que supone una carga para la economía y, en especial, para las industrias de alto consumo energético.
En cambio, tanto el SPD de Scholz como Los Verdes rechazan el retorno de la energía nuclear y, a cambio, se muestran a favor de subsidiar las facturas, una propuesta que rechazan los liberales.
Las últimas tres centrales nucleares de Alemania (Emsland, Isar 2 y Neckarwestheim 2), dejaron de funcionar en abril último, luego de extenderse temporalmente su vida útil para afrontar la crisis en la oferta tras la guerra entre Rusia y Ucrania.
La energía nuclear llegó a representar hasta un 30% de la electricidad producida en Alemania a principios del milenio, y luego cayó a un 4% para cuando se cerraron las últimas plantas.
Los planes para abandonar esta fuente de energía fueron anunciados por Berlín en 2011, tras el incidente de Fukushima en Japón y el fuerte movimiento civil que pidió por el cierre de los establecimientos.
No obstante, el debate continuó abierto, pues, ante la falta aún de infraestructura renovable suficiente, parte de la energía de las plantas cerradas fue reemplazada por importaciones o por la apertura de plantas a base de carbón, una de las fuentes más contaminantes
“Debemos garantizar que Alemania tenga una producción de energía estructuralmente barata. Lo estamos haciendo con la expansión de las energías renovables, incluso a un ritmo que antes no existía”, destacó el mandatario, quien enfatizó, en particular, el desarrollo del hidrógeno.
En ese sentido, Scholz reiteró el compromiso de su administración de seguir con las inversiones en las fuentes renovables, apuntando a cubrir el 80% de la demanda alemana para fines de esta década y 100% “para poco después” de dicha fecha.