4 de julio de 2024
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La OPEP+ y la IEA pulsean por el petróleo

Para Al Ghais hay que reducir las emisiones más que desinvertir, al contrario de lo que plantea la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cuyo pronostico estima un declino de la demanda en seis años.

Los principales países exportadores de hidrocarburos del mundo sostienen que el mundo debe disminuir las emisiones de dióxido de carbono en vez de terminar con la producción y el uso del petróleo y el gas, tal como plantea la narrativa de transición energética de la Agencia Internacional de la Energía.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) prevé un crecimiento del consumo de hidrocarburos para las próximas décadas. Proyección basada en el paulatino y constante crecimiento económico y, por lo tanto, de la demanda energética. Por ello enfatizan que el encuadre óptimo para enfocar el problema de los países debería ir hacia lograr políticas públicas para lograr una reducción de las emisiones en lugar de restringir el uso del crudo, tal como propone la narrativa de la transición energética. El apuntalamiento del crecimiento económico mundial en el consumo de hidrocarburos no tiene ningún reemplazo a la vista.

El presidente de la OPEP, Haitham Al Ghais, analizó en declaraciones al Middle East Economic Survey que durante las dos últimas décadas se invirtieron en el planeta más de USD 9,5 billones en transición energética. A pesar de ello las energías limpias ‑eólica y solar- proporcionan menos del 4% de la energía mundial. Con los vehículos eléctricos ocurre algo similar: tienen una tasa de penetración global inferior al 3%.

Secretario general de la OPEP, Haitham-Al-Ghais.

“La demonización del petróleo y el gas durante casi la última década está cambiando: existe un entendimiento de que la necesidad de petróleo y gas a largo plazo”, analizó el ministro de Asuntos Energéticos de Qatar, Saad Sherida al-Kaabi.

Esa posición es la que guió la decisión reciente de la OPEP+ para reabrir con cautela las válvulas petroleras en aquellos países que tienen enterradas inversiones para multiplicar la cantidad de barriles que entregan.

Apertura de la 29º edición del Foro de Bakú.

El martes pasado durante la apertura del 29º Foro de Energía de Bakú el kuwaití Al Ghais enfatizó que los países nucleados en la OPEP defenderán el derecho “de estos países a continuar las inversiones y continuar producción”.

Principio del fin

Las naciones nucleadas en la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), lideradas por Arabia Saudita y Rusia, reiteraron que los recortes voluntarios a la producción se mantendrán hasta fines de 2024.

Los participantes de la reunión celebrada el domingo pasado en Riad, responsables de alrededor del 40% de la producción mundial de crudo, más que extender los recortes hasta finales de 2025, tal como se preveía, anunciaron el puntapié inicial para el fin de los recortes voluntarios. Lo firmaron ocho miembros, quienes comenzarán desde octubre a entregar más petróleo.

El director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol.

Aunque la competencia por los mercados es tan importante como la batalla por el precio del barril, cuyo valor oscila en torno a la peligrosa barrera de los USD 80. Algo que si bien significa una buena noticia para las previsiones de inflación global no es un aliciente para los inversores ni para la programación financiera de las compañías productoras.

El acuerdo logrado en Riad permite apuntalar los precios del crudo ‑al menos hasta octubre- y al mismo tiempo aliviar las restricciones de producción ‑a partir de octubre, algo que pedía a gritos por ejemplo Arabia Saudita; aunque no era el único.

Precaución

Al-Ghais, el año pasado efectuó una amplia defensa del accionar de la OPEP+ frente a las críticas efectuadas por la AIE. El funcionario puso en valor los “esfuerzos extraordinarios para estabilizar el mercado petrolero en estos tiempos extraordinarios, en interés de los productores, consumidores, la industria petrolera y el mundo global más amplio”. Y consideró necesario “monitorear continuamente los factores que impulsan la volatilidad en los mercados financieros relacionados con la energía, y cómo puede impactar no sólo a corto plazo, pero también a medio y largo plazo”.

La AIE fue creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) luego de la crisis del petróleo en 1973 cuyo eco reconfiguró la economía y la forma de los estados a lo largo y ancho del mundo. Argentina integra la AIE como país miembro asociado desde principios de 2022 cuando el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, viajó a París para concretar el hito.

La AIE llamó reiteradas veces a detener la inversión en proyectos petroleros a mediano y largo plazo. Lo que configura un escenario de creciente volatilidad sobre todo teniendo en cuenta las previsiones de crecimiento de la demanda de crudo para los próximos años.

Las perspectivas de la OPEP para 2045 prevén que la demanda mundial de petróleo aumente a 110 millones de bpd. Y el crudo seguirá representando alrededor del 29% de la combinación energética. Las inversiones en la industria petrolera deben ser de USD 500 mil millones anuales desde ahora hasta 2045 y acumular para entonces USD 12,1 billones. De modo que se pueda enfrentar con ello la demanda esperada.

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