En medio de algunos indicios y versiones que advierten que el gobierno de Alberto Fernández no llegaría a tiempo para inaugurar el 20 de junio el tantas veces prometido y anunciado gasoducto troncal de Vaca Muerta, la empresa estatal Enarsa decidió asegurarse la provisión de GNL importado por barcos con un llamado a licitación internacional destinado a comprar 30 cargamentos para la planta regasificadora de Escobar.
La movida de Enarsa –compañía conducida por el camporista santacruceño, Agustín Gerez— apunta a aprovechar la baja estacional que registran los precios del GNL en el mercado global con el fin de “ahorrarse” entre u$s1.600 y u$s 1.800 millones en el pago de las importaciones de ese combustible que habían sido calculadas inicialmente para este año en torno a los u$s 3.000 millones.
A diferencias de las licitaciones anteriores, las reglas de juego de la nueva convocatoria lanzada por Enarsa a petroleras y traders energéticas contienen tres puntos salientes:
Los 30 cargamentos –cuyas ofertas deberán presentarse el 8 de febrero— tienen un cronograma de entregas que va desde el 15 de marzo hasta 5 de agosto.
La licitación quedó armada en tres bloques de 10 cargas de GNL cada uno. Si bien la intención oficial es contar con tres proveedores distintos, los pliegos dejaron la puerta abierta para que, ante una oferta que resulte más conveniente, una sola empresa se quede con todos los cargamentos.
En cuanto a la forma de pago, se modificó el esquema tradicional de cancelación de la carga de cada barco 72 horas antes de su ingreso a la terminal regasificadora. El nuevo mecanismo establece un pago del 20% a los cinco días de la adjudicación del contrato de compra y la acreditación del 80% en cuatro desembolsos mensuales entre marzo y junio.
En la audiencia pública realizada a principios de diciembre, donde se trató la actualización que tendrá este año el precio del gas natural destinado a atender la demanda residencial y prioritaria y el nivel de subsidio que seguirá cubriendo el Estado; la Secretaría de Energía calculó que durante 2023, “la demanda prioritaria de gas natural alcanzará los 15.223 millones de metros cúbicos (MMm3), distribuidos en 5.754 MMm3 entre los meses de enero a abril y de octubre a diciembre, y 9.469 MMm3 en el periodo invernal de mayo a septiembre”.
Según la proyección planteada por el área energética que pilotea la massista salteña, Flavia Royón, el abastecimiento de esa demanda se cubrirá de la siguiente manera: los productores locales van a suministrar 13.488 MMm3 (88,6% del total); desde los yacimientos bolivianos llegarán 1.433 MMm3 (9,4%) y 301 MMm3 se importarán por medio de barcos metaneros (2%).
Desglosado por la procedencia del combustible, el informe oficial había proyectado para este año un precio promedio del gas local de u$s3,90 dólares por millón de BTU (u$s/MMBTU); de 9,91 u$s/MMBTU para los envíos que arribarán de Bolivia y un valor promedio de 42,07 u$s/MMBTU para el GNL, al cual hay que adicionarle un costo fijo y variable de regasificación que oscila entre 1 y 1,3 u$s/MMBTU.
Durante 2022, Enarsa tuvo que desembolsar por el GNL importado un precio que osciló entre los u$s30 y 35 u$s/MMBTU.