Expertos reunidos en la Conferencia Biodiésel Argentina 2022 organizada por Evonik Metilatos en Buenos Aires coincidieron en que actualmente están dadas las condiciones para aumentar la participación del biodiésel en el transporte, el agro y la generación eléctrica, estableciendo a mediano plazo un contenido del biocombustible del 20% (B20) en el gasoil.
Durante el evento realizado en el Hotel Emperador se abordaron los temas más importantes de la agenda de la cadena de valor del biodiésel: de materias primas al producto final, de la exportación al mercado local y de lo privado a lo público.
La apertura estuvo a cargo de Andreas Kripzak, Vicepresidente y Gerente General en la Región de las Américas para la Línea de Negocios Soluciones Funcionales de Evonik, que incluye su Negocio de Metilato de Sodio en la región, esencial para producir biodiésel a base de éster de ácidos grasos y metilos. “No es lógico imaginar una matriz energética solo con participación de fuentes de origen mineral, dejando a un lado el aporte de las energías renovables en general y de los biocombustibles en particular”, dijo el directivo al inicio de su exposición. Y agregó: “Una matriz energética diversificada es una necesidad, y los biocombustibles se presentan como opción clara, accesible y natural para el mercado”.
Kripzak aseguró que “la industria argentina de biodiésel en su conjunto necesitaría una intensificación de su uso en el mercado local y en paralelo aumentar sus esfuerzos para conseguir nuevos y mayores mercados en el mundo”.
En Argentina las primeras exportaciones de biodiésel se concretaron en 2007, con la entrada en vigencia de la Ley 26.093, pero recién desde 2010 se mezcla con gasoil. Actualmente, la obligación de corte es del 7,5% por aplicación de la nueva Ley 27.640, pero el potencial es mayor. Hoy se producen entre 8 y 10 millones de toneladas de aceite factibles de ser convertidas en biodiésel, pero la capacidad instalada de procesamiento es de solo 4,4 millones.
El último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) de octubre pasado reveló que los biocombustibles registraron en lo que va del 2022 volúmenes de producción y de ingresos de divisas que permiten pronosticar que 2022 será un año récord para el biodiésel y el bioetanol, derivados de la soja y el maíz, respectivamente.
Los datos del INDEC indican que las exportaciones de biodiesel hasta agosto alcanzaron a 913.000 toneladas, con un ingreso de u$s1.363 millones, arrojando un promedio de embarques mensuales de 114.000 toneladas por un valor de u$s1.492 por unidad de peso. Estos datos se pueden relacionar con 2018 en términos de toneladas mensuales, ya que ese año se registraron 116.000 promedio, mientras que el precio actual es el máximo en al menos 10 años.
“En caso de mantenerse, el ritmo exportador anual podría cerrarse el 2022 con exportaciones totales de biodiesel de 1,37 millones de toneladas, apenas por debajo del 2018, aunque el ingreso de divisas llegaría a superar los u$s2.000 millones, un máximo en al menos una década”, afirmó la bolsa rosarina.