La empresa estatal Enarsa firmó los contratos con la UTE Techint-SACDE para la construcción de dos tramos de la Reversión del Gasoducto del Norte, una obra clave que permitirá transportar el gas de Vaca Muerta a las provincias del norte.
Los renglones 2 y 3 consisten en 100 kilómetros del gasoducto de integración Federal Tío Pujio-La Carlota, de un diámetro de 36 pulgadas, que unirá el gasoducto Centro-Oeste con el gasoducto Norte, en la provincia de Córdoba.
La obra es fundamental ante la caída de la producción en Bolivia que era la fuente de abastecimiento del norte del país.
El proyecto se completa con un tendido paralelo al Gasoducto Norte en Córdoba de 62 kilómetros, la reversión de cuatro plantas compresoras de ese mismo ducto y los 22 kilómetros restantes del Gasoducto Tío Pujio-La Carlota.
La Reversión del Gasoducto Norte es una obra complementaria al gasoducto GPNK para llevar el gas de Vaca Muerta a las provincias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy.
La obra tiene como trasfondo el declino de la producción de gas de Bolivia. Desde hace años, Argentina importa gas desde ese país a buen precio para abastecer a las provincias del norte.
Sin embargo, los problemas de producción complicaron los envíos hacia Argentina. La alternativa fue llevar el gas de Vaca Muerta hacia el norte y para eso se proyectó la reversión del gasoducto Norte que, en términos llanos, consiste en cambiar la dirección hacia donde fluye el gas. Ya no bajará del norte hacia el sur, sino que lo hará en sentido inverso.
La licitación de la obra quedó atrapada por los vaivenes políticos y económicos del país. Durante los últimos meses de gestión del gobierno de Alberto Fernández se abrieron los sobres, que arrojaron ofertas de un 76% y 129% por encima del presupuesto oficial. La licitación quedó paralizada.
Con la llegada Javier Milei a la presidencia se consolidó la premisa de cancelar las obras proyectadas. Sin embargo, los empresarios presionaron al gobierno argumentando sobre los costos que tendrá para el país importar gas desde Chile.
El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, expresó días atrás la preocupación por el abastecimiento de las siete provincias del Norte Argentino que se verían afectadas por un suministro interrumpible desde Bolivia.
A pesar del avance en la firmas de los contratos, la obra difícilmente llegue a estar terminada para el invierno donde se registran los picos de consumo de gas. Los plazos originales establecían que debía ser inaugurada en abril y entrar en operación de llenado y suministro en mayo.
Las alternativas que se presentan para llevar gas al norte argentino no son muchas. La más improbable a esta altura sería retomar el diálogo para garantizar las importaciones de gas desde Bolivia.
Otra opción ‑mucho más cara- es importar Gas Natural Licuado (GNL) a través del puerto regasficador del Norte de Chile, e ingresar suministro eléctrico de Brasil y Chile.