El ministro de Economía, Sergio Massa, avanzará esta semana con el proyecto de ley de GNL. El marco regulatorio es una condición necesaria para que comiencen millonarias inversiones en al menos tres proyectos. Pese a la oportunidad que da el contexto geopolítico, y la necesidad de avanzar para aprovechar una ventana temporal limitada para los hidrocarburos, fuentes del sector aseguran que existen diversas trabas para que se efectúen avances.
Desde el Ministerio de Economía contaron que esta semana Massa buscará dialogar con Pablo González, presidente de YPF, para delinear la letra chica del proyecto de ley, y enviarlo al Congreso. Superados dos fallos en tribunales internacionales, YPF tiene prácticamente despejado el horizonte judicial y uno de sus objetivos será terminar de sellar el acuerdo con la petrolera Petronas, de Malasia.
En los papeles, los números del entendimiento YPF-Petronas son auspiciosos. Ambas compañías firmaron con las autoridades del puerto de Bahía Blanca una reserva para la futura locación de lo que podría ser la primera planta productora de GNL del país. Buscará producir 25 millones de toneladas de GNL cuando llegue a su pico, lo que equivale a casi todo el consumo de un país como Francia. El proyecto también incluye inversión en la producción de gas en un bloque de Vaca Muerta y la infraestructura para tres gasoductos.
El proyecto podría ser determinante para la economía argentina, por el aumento de las exportaciones por fuera de Latinoamérica. Además, el contexto es favorable desde la geopolítica, luego de la suba de los precios de la energía por la invasión de Rusia a Ucrania, lo que derivó en que Rusia dejará de ser un proveedor confiable para el resto del mundo. Desde YPF estiman que entre plantas y gasoductos las inversiones podrían trepar a u$s30.000 millones.
Sin embargo, por fuera de los papeles la situación es bien distinta. El Gobierno coincide con el sector empresario en la necesidad de garantizar estabilidad fiscal y tributaria durante décadas, y reglas de juego claras en materia de abastecimiento ininterrumpido de los contratos de exportación. Pero existen trabas por las que el acuerdo con Petronas podría estar lejos de materializarse, relacionadas a los pedidos de la compañía del libre acceso a divisas, según comentaron fuentes oficiales. La misma situación ocurrió con el proyecto de ley de hidrógeno verde.
Ambos borradores de proyectos de ley energéticos ya fueron anunciados en reiteradas oportunidades, pero no llegan al Congreso, pese a que tampoco allí hay demasiadas expectativas por la falta de consensos entre oficialismo y oposición. En diciembre, Massa estuvo junto a Paolo Rocca, dueño de Techint, en el cierre del encuentro Propymes, y aseguró que la ley de GNL iba a tratarse en sesiones extraordinarias. Luego, en marzo pasado, volvió a prometerlo ante decenas de inversores de Nueva York durante el 30 aniversario de la cotización de YPF en Wall Street.
Sin embargo, sin marco regulatorio, no se materializará ninguna de las inversiones en danza. Además del proyecto YPF-Petronas, hay también empresarios argentinos interesados. Por un lado, Marcelo Mindlin de Pampa Energía tenía pensado anunciar en marzo un proyecto de GNL para realizar una planta de licuefacción en Bahía Blanca, en una alianza entre TGS y Excelerate. Anuncio que nunca se realizó. En el verano, durante la expansión de la central térmica Ensenada Barragán de la que participó Ámbito, había dicho en diálogo con medios: “Todo el sector espera que salga una ley que le de marco a inversiones tan grandes que son a 30 años. Esperamos que sea mandada al Congreso y se apruebe con todo el apoyo, es imprescindible, porque al ser una actividad nueva, si no es muy difícil”.
En la misma línea, el empresario Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy (PAE), viene insistiendo desde hace un año en la necesidad de que haya un marco regulatorio para avanzar en la exportación de GNL. PAE también está interesado de formar parte de la construcción de una planta de licuefacción y de la infraestructura necesaria, y para eso propone como una alternativa la creación de un consorcio de empresas lideradas por YPF, dada la magnitud de las inversiones, y siendo que los grandes jugadores del mercado energético son empresas argentinas.