La Organización Latinoamericana de Energía (Olade) hoy presentó un nuevo índice que mide la inflación energética en dieciséis países de la región. Se trata de una canasta que releva precios de la electricidad, combustibles para hogares y vehículos. A marzo de 2024 la medición arrojó un 1,96%. Y según la entidad el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) y la formación hidrocarburífera no convencional Vaca Muerta contribuyen al descenso de los precios.
Uno de los aspectos más llamativos que permite evidenciar el nuevo instrumento es el desacople entre la inflación total y la energética en los estados relevados. Según la entidad oficial que reúne a los países de América latina y el Caribe, la nueva herramienta presentada “será de gran utilidad al medir la variación de los índices de precios al consumidor (IPC) de la canasta energética a nivel regional”. Desde hoy el nuevo indicador “será publicado mensualmente, ofreciendo una visión actualizada y detallada de la dinámica de los precios energéticos”.
El secretario ejecutivo de la Olade, Andrés Rebolledo, durante la presentación del indicador en un evento online destacó que la electricidad y los combustibles que pagan los hogares “tienen un impacto muy relevante en los precios finales”.
Canasta
La canasta energética del índice está dividida en: electricidad residencial, combustibles domésticos (garrafas o GLP, Gas Natural residencial, carbón vegetal y leña) y combustibles para vehículos particulares (gasolinas, diésel oil, biocombustibles, Gas Natural, GLP y electricidad).
De esa canasta los precios de los combustibles son los más volátiles y los que mayor ponderación tienen. Representan un 75% de los valores que arroja el índice en contraste con la electricidad, que explica el 25% restante.
El índice releva esos precios en 16 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Perú, República Dominicana, Trinidad & Tobago, Uruguay y Venezuela.
El Gasoducto y Vaca Muerta
Según Rebolledo, “hay países que aumentan la producción de Gas Natural como es el caso de Argentina” producto de “inversiones en infraestructura y la posibilidad de transportar más Gas Natural”, analizó el funcionario en clara alusión al GPNK y el Permian argentino: Vaca Muerta. Lo que según su criterio provoca un “aumento de la oferta que permite explicar también de manera relevante la baja de la inflación energética”, a partir de mediados de 2022.
Blindaje
A pesar de ello, para Rebolledo el elemento distintivo de la Región y lo que “nos da una especie de cobertura natural” y “nos permite enfrentar de mejor manera coyunturas” es “la incorporación de energía renovable en materia de energía eléctrica”. Ya que en “América latina el 65% de la generación eléctrica es en base a fuentes limpias”. Y que la región produce entre el 6% y el 8% del total mundial de Gas Natural y petróleo. A lo que se añade una cantidad importante de biocombustibles. Y que también el “80% del gas que consumimos lo producimos en nuestra región”.
“Tenemos un cierto blindaje” que nos permite “enfrentar” los desbalances de precios internacionales ligados a la energía enfatizó Rebolledo. Ello tal vez porque, según el análisis del experto, existe un marcado desacople entre la inflación energética y la inflación total en América latina y el Caribe debido al reducido peso que tiene la canasta energética en la región respecto a los IPC totales de los países: entre un 4% y 10%. Un verdadero colchón que permite amortiguar el impacto de la volatilidad, principalmente de los consumos en combustibles.
“Dentro de la canasta energética son los IPC de los combustibles, los que determinan en mayor medida la tendencia de la inflación energética, por su mayor peso relativo en comparación a la electricidad”, cerró el funcionario.