Si la demora en la reversión persiste el presidente electo estará obligado a negociar la importación de gas boliviano, para lo que necesitará establecer una charla tripartita con el país andino, incluyendo a Brasil. O traer el fluido desde Chile. De lo contrario siete provincias y diez millones de personas tendrán problemas de suministro en el próximo invierno.
El próximo presidente deberá destrabar la licitación del gasoducto Norte antes de que provoque estragos en la economía de siete provincias y la vida de diez millones de habitantes. Las empresas que presentaron ofertas para culminar la obra clave lo hicieron con sobreprecios. Y se canceló el contrato de provisión de gas con Bolivia. Massa prometió que las obras estarían listas en mayo de 2024. Aunque, por las elecciones presidenciales y la coyuntura económica la contratación de las empresas quedó paralizada.
La reversión del gasoducto Norte implicaba una inversión de US$ 710 millones por parte del Gobierno, de los cuales US$ 540 millones estaban cubiertos con un crédito del Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (ex CAF). El 25 por ciento restante, lo iba a aportar la Compañía Administradora Mayorista del Mercado Eléctrico (Cammesa) por exportaciones. Las ofertas que el Estado recibió de dos empresas tienen incrementos de hasta un 130 por ciento por encima de esos montos que se habían previsto.
El freno: las ofertas empresarias con sobreprecios
Las compañías que compiten por la licitación de la reversión son la constructora BTU del empresario Carlos Mundin. Y la unión transitoria entre la multinacional ítalo argentina con sede en Luxemburgo ligada a Paolo Rocca, Techint; y Sacde, de Marcelo Mindlin. Ambos grupos tuvieron a su cargo los tres renglones en que oportunamente se dividió la construcción del GPNK.
Las ofertas de ambas de ambas compañías superaron el presupuesto oficial. Estuvieron casi un 140 por ciento por encima de lo que Energía Argentina había previsto. BTU ofreció $168.000 millones: casi $110.000 millones de sobreprecio. Sacde-Techint $141.000 millones: $82.000 millones de pesos más de lo que prevén los pliegos.
La licitación implica tres renglones, de los cuales las ofertas comprenden el primero. Así y todo lo que las empresas presentaron para este primer renglón comprende el presupuesto previsto para los tres. Esa es la magnitud del sobreprecio ofertado.
Ningún funcionario público quiere convalidar semejante sobreprecio. Por ello es que la licitación está frenada. Lo que probablemente obligará a que Milei negocie nuevas condiciones con esas mismas compañías o que establezca un acuerdo con Brasil y Bolivia para que no falte gas en el periodo de alta demanda, el invierno.
Para ello deberá recurrir a un marco de negociación tripartita primero con el presidente de Brasil, Ignacio “Lula” Da Silva; y su par de Bolivia, Luis Arce. Itamaratí debe ceder parte del gas que Bolivia tiene comprometido. Si ello no ocurre quedará la opción de negociar con el presidente chileno, Gabriel Boric, la compra de gas más caro.
Gas boliviano
A mediados de julio, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) informó y notificó formalmente a la empresa Energía Argentina (Enarsa) que a partir de 2024 no estará garantizado el abastecimiento en firme de gas natural y que desde la fecha citada el servicio pasará a condición de interrumpible en su totalidad. Esa posición fue ratificada por el titular de YPFB, Armin Dorgathen, en la reunión que mantuvo en Buenos Aires con la secretaria de Energía, Flavia Royón, como parte de las negociaciones que se llevaron adelante.
Negociación con Brasil
El embajador en Bolivia, Ariel Basteiro, en julio pasado dijo que Argentina dejaría de comprar gas a ese país debido a que la habilitación de gasoductos permitirá autoabastecerse de gas en 2024. Además, aseguró que la falta de compra no pondrá en problemas a Bolivia, toda vez que tiene demanda de Brasil.
Los funcionarios que ocupen el poder ejecutivo a partir del 10 de diciembre deberán encarar negociaciones tripartitas con Brasil y Bolivia para resolver el abastecimiento de gas a las provincias norandinas, si las obras de reversión no culminan a tiempo.
El Gasoducto
El Gasoducto Norte opera desde 1960, cuando lo pusieron en funcionamiento YPF y Gas del Estado. Unía las localidades de Campo Durán en Salta y General Pacheco en el Gran Buenos Aires. Hoy se conecta en Salta con el Gasoducto Juana Azurduy para llegar a Bolivia.
La reversión
La reversión posibilitará añadir 120 kilómetros de ductos y cambiarle el sentido del fluido de norte – sur a sur – norte para que llegue el gas desde la Cuenca Neuquina. El proceso que prevé la licitación implica tres obras diferentes, todas complementarias a la etapa 2 del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK).
La primera, es la construcción de un gasoducto de 122 kilómetros entre Tío Pujio y La Carlota en la provincia de Córdoba, en cercanías de Villa María. Incorporará 19 millones de metros cúbicos diarios de gas (MMm3/d) y el objetivo es que esté habilitada para el invierno de 2024. Las otras dos son ampliaciones sobre el Gasoducto Norte de 62 kilómetros con caños de 30 pulgadas. Y ampliar la capacidad del ducto a 29 MMm3/d.
A ello se añade la reversión del sentido de inyección de gas en cuatro plantas compresoras existentes en Ferreyra y Dean Funes (Córdoba), Lavalle (Santiago del Estero) y Lumbreras (Salta).