Durante la tarde del lunes la Cámara Argentina de la Energía (CADE) señaló que el sector energético está en condiciones de aportar un superávit comercial superior a los 12.000 millones de dólares hacia el año 2030, de acuerdo con proyecciones realizadas por la entidad.
El economista Miguel Peirano, actual CEO de la entidad que reúne a las más grandes empresas de energía del país, remarcó: “Para poder alcanzar estos niveles de la balanza comercial del sector, se requieren reglas básicas consistentes e inversiones muy importantes por parte de las compañías”.
Así, de acuerdo a un trabajo de la entidad, la industria energética estaría en condiciones de aportar un superávit comercial en torno a los 7.000 millones de dólares a partir del 2025–2026, crecer hasta los 10.000 millones en 2027 y superar los 12.000 millones de dólares hacia el año 2030.
En tal sentido, el directivo sostuvo que “las proyecciones muestran niveles de inversión significativos por parte de las empresas, cifra que se elevaría si se construyeran plantas de licuefacción, lo cual generaría un factor adicional para el ingreso de divisas”.
Las proyecciones de la CADE mencionan que “si se introdujeran supuestos más optimistas, podrían plantearse superávits comerciales superiores a los 20.000 millones de dólares en el 2030”.
La entidad remarcó que “el país tiene importantes recursos energéticos que lo convertirán en un país exportador, con una balanza comercial superavitaria. Existe un enorme potencial de crecimiento en la exploración, producción y comercialización de gas natural y petróleo y de las energías alternativas”.
Peirano, exministro de Economía y Producción, enfatizó que “hay una ventana de oportunidad que aprovechar para potenciar el desarrollo a nivel federal y la generación de más empleo de calidad. Este crecimiento requerirá una planificación entre el Estado y el sector privado, de manera de poder garantizar la infraestructura necesaria, la formación de recursos humanos, el acceso a insumos y la tecnología”.
Desde CADE se detalló que “los distintos escenarios y proyecciones están relacionados a la consistencia de las políticas económicas y sectoriales, la evolución de los precios internacionales y al avance en obras de infraestructura ineludibles, como gasoductos, oleoductos y plantas de licuefacción”.
El CEO de la CADE destacó que “los extraordinarios recursos naturales deben transformarse en producciones cada vez más competitivas, integradas en cadenas de valor y generadoras de una economía diversificada sectorialmente y con mayor empleo calificado”.
Peirano afirmó que, a la existencia de los recursos convencionales, se ha sumado el desarrollo de los no convencionales, siendo Vaca Muerta una realidad evidente con un potencial extraordinario pues, fuera de Estados Unidos, es el mayor recurso no convencional del planeta.