El subsecretario de Hidrocarburos, Federico Bernal, afirmó ayer que el oleoducto Sierras Blancas-Allen, próximo a inaugurarse en Neuquén, es “un proyecto estratégico que incrementará la capacidad de evacuación de producción de las operadoras de esta cuenca”.
Así lo afirmó Bernal en un comunicado tras recibir a autoridades locales de la energética anglo-neerlandesa Shell, líder del proyecto.
El oleoducto, de 105 kilómetros de extensión, vinculará el área de producción de petróleo Sierras Blancas, en la formación neuquina de Vaca Muerta, con la localidad rionegrina de Allen, lo que acompañará los planes de incremento de producción de la compañía.
Una vez inaugurado el próximo 14 de febrero, el oleoducto tendrá capacidad de transportar hasta 150 mil barriles de petróleo diarios y, además de Shell, podrá ser utilizada por terceras operadoras que podrán contratar la utilización del mismo.
El proyecto permitirá ampliar la red actual y facilitar la evacuación del crudo a las refinerías de la provincia de Buenos Aires y los puntos de exportación.
Bernal señaló que la capacidad actualmente está “saturada” con una situación “muy parecida” a la del gas natural. “En ese caso, la respuesta del gobierno nacional fue la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner”, recordó el funcionario.
En la reunión, el secretario analizó con el presidente de Shell Argentina, Ricardo Rodríguez, y la gerenta de Relaciones Externas de la firma, Verónica Staniscia, la inminente inauguración del oleoducto y los planes de inversión en Vaca Muerta. También se abordó la solicitud de Shell para ingresar al Régimen de Promoción de Inversión para la Explotación de Hidrocarburos.
Rodríguez destacó que se trata de la “primera inversión privada de una operadora en la construcción de un oleoducto de midstream en Vaca Muerta, y la primera inversión de Shell Argentina en midstream en 108 años en el país”.
El consorcio del proyecto está conformado por Shell, como adjudicataria y líder (con una participación de 60%), PAE (25%) y Pluspetrol (15%); y la construcción estuvo a cargo de Techint-SIMA.
En la obra estuvieron involucradas más de 50 contratistas y proveedoras, en su mayor parte de origen nacional y regional.
En Vaca Muerta, Shell lleva invertidos más de US$ 2.000 millones y, sólo en 2022, volcó US$ 500 millones en el desarrollo de recursos en la formación, señaló el comunicado.
La inversión la posiciona como la primera productora privada de petróleo no convencional en la Cuenca Neuquina con una producción promedio de 45.000 barriles diarios.
En el caso de Sierras Blancas, Shell produce más de 30.000 barriles diarios con una capacidad instalada de procesamiento es de 42.000 barriles diarios; y genera más de 3.000 empleos directos e indirectos.
Bernal estimó que en 2023 se esperan inversiones en exploración y estimación por US$ 9.500 millones, lo cual implicará una suba interanual de 20%, la mayor cifra desde 2015.