La construcción del mini reactor nuclear de baja potencia Carem avanzá hacia su recta final. El prototipo es uno de los primeros en el mundo y encabeza el ránquin de los diseñados y construidos de modo local. Involucra a más de mil empresas en su desarrollo y perfila a la Argentina como uno de los países líderes en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia a nivel mundial.
El Carem pertenece al segmento de reactores modulares de baja potencia (SMR, por sus siglas en inglés), cuyo aporte será decisivo en el proceso de transición energética hacia tecnologías de generación libres de dióxido de carbono (CO2). El proyecto, con un avance superior al 62%, prevé su puesta en marcha para finales de 2027. Será capaz de generar 32 megavatios, lo que permitiría abastecer, como ejemplo de equivalencia, a una población de unos 120 mil habitantes..
Argentina cuenta con uno de los pocos SMR del mundo que están en construcción, lo que posiciona al país como un referente mundial de la tecnología y del tipo de reactores. El proyecto que dirige la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) significa un avance para el abastecimiento eléctrico en zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo de energía. Prevé que alrededor del 70% de sus insumos, componentes y servicios vinculados sean provistos por empresas argentinas, clasificadas bajo los estándares internacionales de seguridad que rigen la industria nuclear.
El prototipo se desarrolla en el área conocida en la actualidad como “Complejo Nuclear Atucha”, donde ya se encuentran las centrales Atucha I y II, en el partido de Zárate, de la provincia de Buenos Aires. Están afectadas más de mil cuatrocientas personas, considerando el personal de la CNEA y al conjunto de los proveedores. Mantiene más de ciento sesenta contratos con empresas en su mayoría argentinas, tanto privadas como públicas.
