La directora de Sostenibilidad, Tecnología y Perspectivas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Laura Cozzi, ha dicho que uno de cada cinco barriles de petróleo pasa por el Estrecho de Ormuz, entre Irán y Omán, por lo que no se puede bajar la guardia ni en términos de petróleo ni de seguridad energética.
Cozzi, que ha presentado este martes en Madrid el estudio ‘World Energy Outlook 2024’, ha señalado que cualquier “disrupción” en este paso marítimo ‑que Irán podría cortar en medio del conflicto que afecta a Oriente Medio- puede provocar una crisis y “no podemos bajar la guardia”.
Por otra parte, Laura Cozzi ha avanzado que hacia 2030 se producirá un cambio en la demanda de petróleo debido a China, que si antes tenía el 70 % de su crecimiento, ahora se desplaza a otros países de Asia.
Uno de los factores será el vehículo eléctrico, tecnología a la que correspondían uno de cada cinco vehículos vendidos este año en el mundo, dado que China ha empezado a producir en países emergentes de Asia.
China continúa fabricando las baterías y sigue teniendo el valor añadido, pero los coches de los fabricantes chinos se montan ya en muchos países emergentes, en los que en los últimos seis meses se ha duplicado la venta de automóviles eléctricos, al situarse allí por debajo del coste de los coches con motores de combustión interna, ha explicado Cozzi.
Ha dicho que ésto puede acelerar que esos países emergentes reduzcan su demanda de petróleo.
En cuanto a la electrificación, ha indicado que China es la economía del mundo con una mayor tasa, pues la industria de los semiconductores, que usa mucha electricidad, se radica mayoritariamente allí, a lo que se une que en las últimas décadas se ha duplicado en ese país el número de personas que usan electricidad para calentar sus hogares.
Un 45 % de los coches vendidos en China fueron eléctricos según los últimos datos, ha señalado Cozzi, que ha explicado la importancia que tiene para China reducir el consumo de combustible fósiles, que le supone 500 millones de dólares y es la parte más importante de su déficit comercial.
Ha afirmado que si China sigue impulsando el vehículo eléctrico, no sólo va a controlar el déficit, sino que va a incrementar su PIB, pues ya una parte del crecimiento que ha tenido este año proviene de las energías verdes.
Cozzi ha dicho que está habiendo un cambio en las fuentes de energía utilizadas en el mundo y en 2035 dos tercios serán de energía limpia.
No obstante, ha alertado de las redes para acoger toda la energía solar y eólica que se está produciendo, debido a que no se están construyendo lo suficientemente rápido y ha agregado que hay que construir redes con todo lo que sea necesario, ofreciendo flexibilidad en los mercados y regulaciones.
Laura Cozzi ha afirmado que la transición energética es cuestión de inversión y ha reconocido que hay “políticas que crean confusión y división entre los ciudadanos”.
En el caso de España, ha afirmado que en materia de inversión “no le va tan mal” y que en otros países europeos las inversiones en actuaciones de transición energética “no son tan dinámicas como en España”, que ha dicho que “es uno de los líderes en inversión”.
Además, se ha mostrado convencida de que la designación de la ministra española Teresa Ribera como comisaria de Competencia y vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva traerá una mayor estabilidad regulatoria.
En cuanto al hidrógeno, ha señalado que la producción se va a duplicar, aunque aún son volúmenes pequeños, y ha señalado que la AIE está hablando con los gobiernos para que se preste más atención a la demanda, pues si sólo nos centramos en el crecimiento de la oferta no será viable.
Ha indicado que a la AIE le ha sorprendido la cantidad de inversiones en electrolizadores que ha hecho China en un año y la capacidad que está teniendo de empezar a reducir los costes de la producción de hidrógeno.
Cozzi ha alertado a los legisladores europeos para no cometer el mismo error que con la energía solar fotovoltaica, una tecnología en al que Europa fue líder y cuyas primeras instalaciones pagaron los consumidores europeos, en la que ahora China tiene el dominio.