Las llaman “tierras raras” como si fueran un mito geológico, pero están más cerca de la geopolítica que de la literatura fantástica. Argentina guarda en su subsuelo una de las piezas clave del tablero global: los minerales imprescindibles para fabricar desde celulares hasta misiles de precisión.
Según La Política Online, el control de esos minerales es una de las cláusulas no escritas del rescate del Tesoro de Estados Unidos y eso explica que Scott Bessent haya dicho que Milei se comprometió de “deshacerse” de China. Es que la pelea por el control de las tierras raras es uno d elos tableros más calientes en la pelea geopolítica que libran Washington y Beijing
Las tierras raras son 17 elementos químicos, como el neodimio o el lantano, presentes en pequeñas concentraciones y difíciles de separar. Su valor no está en el brillo, sino en su función: permiten imanes ultra potentes para motores eléctricos, son esenciales para la transición energética, para las turbinas eólicas, para la tecnología militar y para casi cualquier dispositivo digital. Si el mundo se está electrificando y digitalizando, estos minerales son el aceite invisible de esa maquinaria.
Son imprescindibles porque sin ellos no hay autos eléctricos, no hay drones militares ni radares, no hay satélites de comunicación, ni iPhone, ni chips de IA. La pelea por la supremacía tecnológica depende del control de ese insumo básico.